miércoles, febrero 04, 2009

Sonaba un cuarteto de cuerda

Sonaba un cuarteto de cuerda. El parque se llenaba de los acordes que cosquilleban el verde tapiz. La mañana era de invierno, fría, aplomada... las nubes se vestían de tormenta. El viento robaba las milésimas de segundo de descanso a los párpadeos.La ciudad, conformista ante el decorado, caminaba con su belleza velada sobre el infinito.Ella le miró, era difícil en aquelos momentos hacerlo y olvidarse de los verbos en pasado, de las parábolas que guían las estrellas.Sonaba un cuarteto de cuerda y ella lo besó. Ya no era el beso canival que surgía otras veces cuando sus manos formaban líneas en sus ojos y pintaban miel en sus cabellos.Se fueron separando hasta que sus manos dejaron de tener contacto y él sólo tuvo como referencia su espalda. Ella se volvió, lo volvió a besar, y entre el beso se escapaban sus pensamientos... "¿sabes?, tengo la sensación de que nunca más te volveré a ver".Sonaba un cuarteto de cuerda y la música surgía de ella, por ella, sin él...